El caso de la concejala María Ignacia González, desaparecida desde el 15 de junio en Villa Alegre, sigue sumando antecedentes que siembran más dudas que certezas. Su hija, Javiera Gallegos, reveló nuevos detalles en una entrevista con Súbela, donde sugirió que su madre podría haber estado ocultando información importante para protegerlas y que la hipótesis de una intervención de terceros cobra cada vez más fuerza.
Javiera relató que su madre llevaba meses convencida de que su teléfono estaba intervenido, algo que, según ella, no habría inventado sola. “Mi mamá tiene 73 años. No creo que se le ocurriera sin motivo”, señaló, insinuando que alguien podría haberla advertido. También recordó un episodio que hoy cobra otro significado: la concejala le pidió hace dos meses confeccionar juntas unas “cruces de palqui”, un amuleto de protección, señal de que sentía una amenaza cercana.
La familia, cada día más convencida de que la desaparición no fue un hecho aislado, recordó viejas tensiones políticas que podrían estar relacionadas. “Conversando con mi hermana, sentimos que quizás sí había algo que no nos estaba contando”, dijo Javiera, aludiendo a conflictos pasados de su madre con otros concejales y administraciones. A casi un mes sin noticias, Villa Alegre sigue sumida en la incertidumbre y la angustia por no tener pistas de la concejala ni de su vehículo.