En el programa Soy lo que Como, el psicólogo y magíster en neurociencias Víctor Ojeda explicó que el Trastorno por Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH), lejos de ser solo una dificultad, es parte de las neurodivergencias que enriquecen la forma en que las personas perciben y disfrutan el mundo.
"El déficit atencional no tiene por qué ser un problema; puede ser una virtud que permite disfrutar el mundo de una manera más amplia", afirmó Ojeda.
El especialista señaló que esta condición tiene un componente genético, relacionado con el gen DRD4, que afecta la regulación de la dopamina y la capacidad de filtrar estímulos. Esto hace que los niños con TDAH estén más atentos a su entorno, pero les cueste mantener el foco en tareas prolongadas.
Asimismo, explicó que en sociedades primitivas esta característica era una ventaja para la exploración y la caza, lo que demuestra que no se trata de un defecto, sino de una habilidad que no siempre encuentra el entorno adecuado para desplegarse.
Claves para padres y educadores
Ojeda entregó consejos prácticos para apoyar a los niños con déficit atencional:
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Escuchar las necesidades del niño antes que las expectativas adultas.
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Acompañar y parcelar las tareas, dividiéndolas en segmentos de 15 minutos.
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Fomentar rutinas agradables y no basadas en el miedo o castigo.
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Promover actividades físicas y al aire libre, como el fútbol, que aprovechan su capacidad de dispersión atencional.
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Considerar el uso de medicamentos solo cuando sea estrictamente necesario y bajo supervisión profesional.
También advirtió que el uso de dispositivos electrónicos debe ser moderado, ya que, aunque pueden ser una extensión del entorno, el exceso de tiempo frente a las pantallas puede afectar el desarrollo social y emocional del niño.
Finalmente, el psicólogo hizo un llamado a dejar de etiquetar a estos niños como problemáticos, enfocándose en potenciar sus habilidades.
Una condición que persiste en la adultez
Ojeda explicó que el déficit atencional no desaparece con la edad: “Es un rasgo que nos acompaña hasta la adultez, y si logramos transitarlo de manera saludable, se convierte en una ventaja para generar ideas y disfrutar la vida con mayor intensidad”.
El TDAH como una oportunidad
Para el experto, el desafío no es eliminar la condición, sino crear entornos educativos y familiares que la potencien. “Si entendemos el déficit atencional como una virtud, los niños no solo dejarán de sufrir por sentirse diferentes, sino que podrán desplegar todo su potencial”, concluyó.