La obtención de una licencia de conducir es un requisito fundamental para aquellas personas que aspiran a circular de manera legal en las vías del territorio chileno. Este documento no solo acredita la capacidad técnica del individuo para manejar un vehículo, sino que también tiene implicaciones significativas en cuanto a la seguridad vial y el cumplimiento de la normativa de tránsito.
El proceso de obtención de la licencia implica la aprobación de dos exámenes: el teórico, que evalúa el conocimiento de las normas de tránsito y la señalización, y el práctico, que pone a prueba las habilidades de conducción del aspirante. Estas evaluaciones se llevan a cabo en las Direcciones de Tránsito habilitadas en diversas municipalidades, garantizando un procedimiento estandarizado y riguroso.
Es relevante señalar que el Ministerio de Transportes ha establecido protocolos adicionales que buscan asegurar la idoneidad de los conductores. En este contexto, el médico de la Dirección de Tránsito tiene la facultad de realizar consultas adicionales, con el fin de detectar posibles problemas de salud que puedan afectar la capacidad de conducción. Esta medida preventiva es crucial para minimizar los riesgos en la vía pública y resguardar la seguridad de todos los usuarios de la carretera.
A continuación, el listado completo:
- Trastornos por consumo de alcohol o dependencia alcohólica.
- Diabetes mellitus tipo 1 y 2.
- Epilepsia.
- Cáncer.
- Alzheimer.
- Infarto agudo al miocardio.
- Hipertensión arterial.
- Aneurisma aórtico, abdominal y torácico.
- Angina de pecho.
- Angioplastia.
- Arritmia.
- Terapia anticoagulante.
- Desfibrilador cardíaco implantado.
- Aneurisma cerebral.
- Marcapasos cardíaco.
- Cardiopatías congénitas.
- Paro cardiaco.
- Bypass de la arteria coronaria (BAC).
- Miocardiopatía dilatada.
- Alteraciones en electrocardiograma (ECG).
- Insuficiencia cardiaca.
- Trasplante cardíaco.
- Enfermedades de las válvulas del corazón.
- Síncope cardioinhibitorio, por disfunción vasovagal o autonómica.
- Miocardiopatía hipertrófica.
- Crisis de isquemia transitoria.
- Trastornos psiquiátricos.
- Uso de benzodiacepinas.
- Consumo perjudicial y/o dependencia de drogas ilícitas.
- Insuficiencia respiratoria crónica.
- Trastornos neuromusculares (esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, distrofia muscular progresiva).
- Traumatismo encéfalo craneano.
- Accidente vascular encefálico.
- Disfunción vestibular.
- Defectos anatómicos o funciona del sistema musculoesquelético.
- Diplopía.
- Cataratas.
- Hipoacusia.